1 nov 2013

LA MAGOSTA


ODA A UNA CASTAÑA



Te decidiste,
castaña,
y saltaste a la
tierra,
bruñida y preparada,
endurecida y suave
como un pequeño seno
de las islas de América.
Caíste
golpeando
el suelo
pero nada pasó,
la hierba
siguió temblando, el viejo
castaño susurró como las bocas
de toda una arboleda,
cayó una hoja del otoño rojo,
firme siguieron trabajando
las horas en la tierra...
                 "Pablo Neruda"
.







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